Keylla Hernández cumplió su palabra

La primera vez que conversé con Keylla Hernández acerca de su padecimiento de cáncer en septiembre de 2015 me dijo de entrada: “Yo no me quito”, y cumplió su palabra.

Keylla nunca se quitó porque tomó el cáncer como una vía para llegar a “un lugar dónde todos queremos llegar”, y en medio de su tratamiento, en vez de pedir sanidad, sólo pedía más días de vida para experimentar lo que tanto anhelaba: Disfrutar al máximo de sus dos hijos, esposo, padres, tía y hermano; cumplir más años, y ver a su primogénito graduarse de cuarto año de escuela superior. Ah, y por supuesto, no perderse los partidos de sus hijos y como ella, decía, “ser una cheerleader”.

Para septiembre de 2015, quien fuera la mujer ancla de “Noticentro al Amancer”, de Wapa Televisión, era consciente de que las probabilidades de que su cáncer de pulmón continuara extendiéndose hacia el hígado y los huesos, eran altas. Lo sabía, pero en ese momento, sólo se limitó a conversar públicamente acerca del pulmón.

Para poder decirle hasta luego....

De acuerdo con los testimonios ofrecidos por sus familiares, amistades, allegados y colegas del canal 4 (especialmente Normando Valentín), era Keylla la que servía de soporte a quienes flaqueaban ante la tristeza que les provocaba su enfermedad y su inevitable partida a una edad relativamente joven. Al momento de su deceso, tenía 45 años.

Fue en 2018, cuando más se notó su ausencia ante las cámaras. Su condición le exigía más cuidado. Jamás dejó de sonreír y aún en los días más sombríos, siempre se le escapaban las sonrisas.

(Foto: Alfredo Rolón/Photopress)

Keylla, (quien también laboró en el programa de televisión “Mi gente” y en el espacio radial “Happy Hour” de Fidelity), partió hacia otra dimensión teniendo a su lado los seres que ella deseaba que estuvieran presentes.

Murió cerca de las 8:16 a.m. de ayer en el Hospital Auxilio Mutuo, en San Juan.

Su última aparición en Wapa, fue el 16 de noviembre de 2018.

En reciprocidad a las muestras de cariño que recibió, su familia accedió a realizar dos exequias de manera que el público que la siguió pudiera despedirse de ella: Una en su natal Mayaguez y otra en San Juan.